Cada vez que entrego una obra con acuarelas sobre papel, recomiendo que se enmarque con vidrio y passepartout y no lo digo porque sea un capricho mío, es más bien una necesidad por dos razones fundamentales, conservación de la pintura y estética.

Protección de la pintura a la acuarela

La acuarela es especialmente sensible a tres elementos: a la luz, a la humedad y al calor y para preservarla, la debemos enmarcar con un vidrio o metacrilato. De esta forma protegemos la obra del medio ambiente (conservación), haciendo que los colores brillen y perduren en el tiempo. Y para que la acuarela «respire», se pone un passepartout entre la pintura y el vidrio, creando así una cámara de aire evitando que el vidrio se pegue a la acuarela.

Además de esta función, el passepartout juega otro papel importante, la estética. Con él, aumentamos el tamaño de la obra, es decorativo y su ancho compensa la proporción con el marco.

Acuarela con marco y paspartú

El orden de enmarcado que se ha de seguir es el siguiente:

  1. Marco
  2. Vidrio o metacrilato protector
  3. Passepartout
  4. Pintura (acuarela)
  5. Trasera

El marco protege la obra mientras se manipula, evita la filtración de suciedad y le da solidez a la pintura. El passepartout, pronunciado “paspartú”, es la franja o recuadro de cartón que se emplea como marco y cuyo canto interior suele ir cortado en bisel a 45º.

Passeparout para enmarcar una acuarela

El passepartout se coloca encima de la acuarela, justo dónde acaba la pintura. También se puede dejar un pequeño filo alrededor de la pintura, para que se vea un poco el blanco del papel de la acuarela, tal y como suelo hacerlo yo, pero esto va en gustos.

Recuerda que la luz, la humedad y el calor dañan las obras.

Luz

Es preferible que cuelgues tu obra en una pared interior donde no le de la luz del sol de manera directa. Del mismo modo, evita poner una luz artificial directa encima de la acuarela, porque al igual que la luz solar, los colores se irán desvaneciendo y el daño que provoca la radiación ultravioleta en la obra es irreversible.

No se si te has fijado alguna vez, al visitar una galería de arte, en lo tenue que es la iluminación en la sala donde se exponen acuarelas y, es precisamente para evitar el daño que provoca la luz en los colores.

Si quieres iluminar, recuerda que sea de forma indirecta.

Humedad

La humedad es otro enemigo de la acuarela. Si es excesiva provoca la aparición de moho. Nunca cuelgues una acuarela original en la pared de un baño, en un porche, jardín interior o en una terraza. Te quedarás sin tu obra.

Calor

El tercer elemento nocivo para una acuarela es el calor. Las altas temperaturas dañan las obras y el papel de acuarela tienda a arrugarse. Trata de evitar los excesos y los cambios bruscos de temperatura. No cuelgues una acuarela original cerca de un radiador, de una chimenea o foco de luz intensa. El resultado será igual que el caso anterior.

No te desanimes que, siguiendo estos tres consejos, disfrutarás por mucho tiempo de tus obras sobre papel.

En el próximo artículo os hablaremos con más detalle de cómo elegir un buen passepartout para tu acuarela, cómo colocarlo, colores que hay, etc.